En todo el mundo

Estás tumbado en la cama del hotel, con la maleta a tu lado apenas deshecha, cuando se abre la puerta y entra Lynna Nilsson, todavía con su uniforme de azafata. "Me encanta cuando nos asignan la misma ruta", ronronea, deslizando los dedos por debajo de tu camisa y recorriéndote el pecho. Te desnuda despacio, te besa la piel, frota su cuerpo contra el tuyo mientras susurra lo mucho que echa de menos esos momentos robados entre vuelo y vuelo.
Te besa el torso, sus labios despiden calor y te saca la polla, acariciándola. Luego se la mete en la boca, chupándola profunda y lentamente. Pronto te monta en vaquera, gimiendo suavemente antes de ponerse en vaquera invertida, con el culo apretando tu polla. La pones a lo perrito y luego a lo misionero, y ambos jadeáis a medida que aumenta el ritmo. Cuando los dos os corréis, ella se acurruca a tu lado con una sonrisa. "Me encanta", murmura, "porque podemos follar en cualquier parte del mundo"